¿Alguna vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira?, seguramente si; la incomodidad que provoca el sentirnos defraudados, es una experiencia que nunca deseamos volver a vivir, y a veces, nos impide volver a confiar en las personas, aún sin ser las causantes de nuestra desilusión. Pero la Sinceridad, como los demás valores, no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza.... La Sinceridad es un valor que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones. Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto que parece tan sencillo, a veces es lo que más cuesta trabajo. Utilizamos las "mentiras piadosas" en circunstancias que calificamos como de baja importancia, donde no pasa nada: como el decir que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos comenzado, por la suposición de que es fácil y en cualquier momento podemos estar al corriente. Obviamente, una pequeña mentira, llevará a otra más grande y así sucesivamente... hasta que nos sorprenden. Al inventar defectos o hacerlos más grandes en una persona, ocultamos el enojo o la envidia que tenemos. Con aires de ser "franco" o "sincero", decimos con facilidad los errores que comenten los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son. No todo esta en la palabra, también se puede ver la Sinceridad en nuestras actitudes. Cuando aparentamos lo que no somos, (normalmente es según el propósito que se persiga: trabajo, amistad, negocios, círculo social...), se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice: "dime de que presumes... y te diré de que careces"; gran desilusión causa el descubrir a la persona como era en la realidad, alguna vez hemos dicho o escuchado: "no era como yo pensaba", "creí que era diferente", "si fuese sincero, otra cosa sería"... Cabe enfatizar que "decir" la verdad es una parte de la Sinceridad, pero también "actuar" conforme a la verdad, es requisito indispensable. El mostrarnos "como somos en la realidad", nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones, En ocasiones faltamos a la Sinceridad por descuido, utilizando las típicas frases "creo que quiso decir esto...", "me pareció que con su actitud lo que realmente pensaba era que ..." ; tal vez y con buena intención, opinamos sobre una persona o un acontecimiento sin conocer los hechos. Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones. Para ser sincero también se requiere "tacto", esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente puede incomodarla (pensemos en cosas como: su modo de vestir, mejorar su lenguaje, el trato con los demás o la manera de hacer y terminar mejor su trabajo), primeramente debemos ser conscientes que el propósito es "ayudar" o lo que es lo mismo, no hacerlo por disgusto, enojo o porque "nos cae mal"; enseguida encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar. En algún momento la Sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. Si por ejemplo, es evidente que un amigo trata mal a su esposa o a sus empleados, tenemos la obligación de decírselo, señalando las faltas en las que incurre y el daño que provoca, no solamente a las personas, sino a la buena convivencia que debe haber. La persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Vernos sorprendidos en la mentira es más vergonzoso. Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia. La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza… Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes. La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes. Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad. También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad. Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla. La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene de la persona. La persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más vergonzoso aún. Al ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras palabras. A medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica plenitud y sinceridad. “Manifiesta, si es conveniente, a la persona idónea y en el momento adecuado, lo que ha hecho, lo que ha visto, lo que piensa, lo que siente, etcétera, con claridad, respeto a la situación personal o a la de los demás.” Para muchas personas, la sinceridad, no significa tener en cuenta las palabras “si es conveniente” y “a la persona idónea y en el momento adecuado”. Para que la sinceridad tenga sentido no puede tratarse de una comunicación al azar. La persona tiene que reconocer su propia realidad y poseerla en cierto grado, para luego comunicarla, de acuerdo con su discernimiento. Concretamente, la sinceridad debería ser gobernada por la caridad y por la prudencia. ¿Alguna vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira?, seguramente que si; la incomodidad que provoca el sentirnos defraudados, es una experiencia que nunca deseamos volver al vivir, y a veces, nos impide volver a confiar en las personas, aún sin ser las causantes de nuestras desilusión. Pero la sinceridad, como las demás virtudes, no es algo que debamos esperar en los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza... La sinceridad es una virtud que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones. Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto que parece tan sencillo, a veces es lo que cuesta más trabajo. Con aires de ser “francos” o “sincero”, decimos con facilidad los errores que cometen los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son. Pero no todo esta en la palabra, también se puede ver la sinceridad en nuestras actitudes. Cuando aparentamos lo que no somos, (normalmente es según el propósito que se persiga: trabajo, amistad, negocios, círculo social...), se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice. “dime de que presumes... y te diré de que careces”. Cabe enfatizar que “decir” la verdad es una parte de la sinceridad, pero también “actuar” conforme a la verdad, es requisito indispensable. El mostrarnos “como somos en realidad”, nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones. Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones. Para ser sincero también se requiere “tacto”, esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente pueda incomodarla principalmente debemos ser conscientes que el propósito es “ayudar” o lo que es lo mismo, no hacerlo por despecho, enojo o porque “nos cae mal”, eso tiene otro nombre, y no es el de sinceridad, aunque lo que digas no falte a la verdad. Hay que encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar. En algún momento la sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. La persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al que dirán. Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia. “La sinceridad y la humildad son dos formas de designar una única realidad” Para ver la realidad de tal modo que sirva de base para una progresión personal, hace falta distinguir entre lo importante y lo secundario. Si la persona no quiere mejorar, si entiende la vida como una condición en que puede encontrar el placer y no le incumbe ningún esfuerzo de mejora en función de la finalidad última por la cual ha sido creado, distinguir entre lo importante y lo secundario no vale la pena. La orientación podría venir por ver lo que es: 1.- Distinguir entre hechos y opiniones. 2.- Distinguir entre lo importante y lo secundario. 3.- distinguir a quién se debería contar qué cosas. 4.- Distinguir el momento oportuno. 5.- Explicar por qué. La educación de la sinceridad básicamente supone la educación del tacto, de la discreción y de la oportunidad. Porque ser sincero no consiste en decir todo a todos y siempre. El discernimiento será, como siempre, nuestra herramienta fundamental para dar sentido a esta virtud. Y citando a Rabito: 'EL ME PIDIO QUE LES HABLE DE LA REALIDAD ESTA VIENDO QUE SU PUEBLO SE VA Y SE VA POR CAMINOS QUE NO TRAEN MAS QUE PROBLEMAS Y HACEN QUE SU CORAZON SE LLENE DE PENA. EL DEJO SUS MANDAMIEMTOS PARA CUMPLIR EL PREDIJO DEL AMOR ANTES DE MORIR EL ENTREGO SUS VIDAS POR NUESTRAS CULPAS YA ES HORA QUE DIGAMOS SEÑOR DISCULPA SINCERIDAD DIOS ESTA PIDIENDO A SU PUEBLO QUE TENGA SINCERIDAD ESO ES LO QUE HACE LA DIFERENCIA ENTRE EL BIEN Y EL MAL Y ESTA ESPERANDO QUE SE ARREPIENTAN DE SUS MALDADES SINCERIDAD PALABRA PEQUEÑA QUE TIENE GRAN PESO EN LA ETERNIDAD SI NO LA VIVIMOS DE NADA NOS SIRVE ORAR Y ORAR SINCERIDAD, SINCERIDAD... EL QUE QUIERA CON JESUS IRSE A VIVIR MAS VALE QUE TENGA OIDOS PARA OIR ES QUE EL CIELO NO SE GANA CON FORTUNA EL SEÑOR NOS PIDE TODAS O NINGUNA HOY ES EL DIA EN QUE TU PUEDES CAMBIAR DEJA YA DE LADO TODO LO QUE TE HACE MAL ABRELE TU CORAZON SINCERAMENTE,OH SI Y ARREGLA CON EL TUS CUENTAS FRENTE A FRENTE 'Para muchos hay personas que no son sinceras aunque lo sean, pero se debe a que la verdad de ellas no les cae bien, prefieren crear un mundo alterno y dedicarse a criticar a los demas, no aceptan que alguien pueda vivir mejor, ser mas feliz... Esa es la verdadera hipocresia, la verdadera mentira... Sigan viviendo asi... sin aceptar que ese hombre no las ama, que el maltrato que les hace es por que las quiere, sigan escondiendo debajo de todo ese maquillaje el desorden alimenticio que las corroe, todo por aparentar perfeccion ante un estereotipo de la sociedad, sigan despertando a lado de esa mujer y diciendose que solo es una etapa, cuando saben que aunque sea de su mismo sexo es el amor de su vida y temen aceptarlo por el maldito que diran que les pesa mas que un te amo verdadero... aprendan que la sinceridad no es solo no mentir, sino aceptar las verdades de los demas aunque ustedes no las crean'
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